
Sin duda Gabriel García Márquez, además de un excelente novelista, es un prodigio en la producción de cuentos breves. Para los que aún no se han convencido de eso, o no conocen esta faceta del Nobel de Literatura, este libro les permitirá disipar todas las dudas.
Como dice el título, son doce cuentos, doce historias, que aunque independientes, tienen un hilo conductor que las une, como todo buen libro de relatos cortos. En esta obra, la ilación se consigue con el ambiente en el que se mueven los personajes: ciudades europeas.
El calificativo de peregrinos, explica García Márquez, que se debe a que los cuentos planteados viajaron incontables veces desde el escritorio a la papelera y viceversa. Durante largos años, las aventuras y desventuras que se plasman en este libro, fueron analizadas hasta el cansancio, transformadas con un aire perfeccionista, depuradas, modificadas y repensadas.
No es necesario explicar mucho sobre el estilo de los relatos, porque siguen la línea característica del creador de Cien años de soledad. Son esas historias que se disfrutan una y mil veces, porque son contadas con espontaneidad, con un lenguaje riquísimo y lleno de expresiones poéticas, y con la magia que define a García Márquez.
Sin pretender ningún tipo de favoritismo, porque todos los cuentos son excelentes, "La luz es como el agua" es un relato que me encanta y que, aunque es bastante breve, tiene un significado especial, y una profundidad muy bien lograda.
Agradezco enormemente que estas historias fueron rescatadas de la basura, y que su peregrinaje haya concluido, felizmente, en un libro inolvidable que vale la pena tener en la biblioteca.
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